La finalidad de la ley 1581 de 2012 frente a la protección de los datos personales, es proteger la información privada para que no sea usada desmedidamente e inescrupulosamente por las diferentes empresas, con lo que normalmente obtienen beneficios económicos.
Antes de la ley y posterior a ella, la comercialización de datos personales a sido un negocio rentable, ya que quien obtenga los datos personales de una o varias personas, goza de la ventaja de crear argumentos falsos para vender o convencer a las personas sobre productos, servicios, ideas políticas, ideas religiosas, etc.
El problema más palpable al ignorar la protección de datos personales, es la manipulación ideológica de las diferentes empresas o grupos de interés, que intentan en todo momento manipular a las personas para que tomen decisiones acomodadas, de acuerdo a los intereses de quienes sacan provecho de los datos privados de las personas.
Algunas personas descuidadamente dejan sus datos en droguerías, establecimientos de comercio, bancos, cajas de compensación familiar, afiliaciones a pensiones o salud, entre otras muchas empresas.
Lo que las personas ignoran es que la compra que realizaron, el saldo que tienen en el banco, las tendencias de viaje o uso con las cajas de compensación familiar, entre muchos otros comportamientos, son utilizados individualmente o de forma conjunta para que desprevenidamente sean influenciados en redes sociales o medios de comunicación en general, de acuerdo a los intereses comerciales, políticos y hasta religiosos de grupos económicos tanto legales como ilegales que buscan manipular a las personas.
La normatividad actual exige a las empresas un manejo responsable de los datos personales, y un uso adicional de los datos personales de lo que la empresa necesitaría, requiere del diligenciamiento de un permiso, conocido comúnmente como “formato de protección de datos personales”, que las diferentes empresas deben hacer diligenciar por sus clientes o empleados.
Pero este mal llamado “formato de protección de datos personales”, que por el contrario su nombre correcto sería: “autorización para el manejo desmedido de sus datos personales”, es utilizado para obtener de las personas la autorización para comercializar los datos personales.
Así que, la próxima vez que tenga que firmar el formato de protección de datos personales, léalo muy bien, porque de lo contrario, será una persona más que ayuda a permitir la manipulación en sus innumerables formas.
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